Feliz 2015.

No sé cuanto tiempo hace exactamente que dejé de escribir aquí.
No sé cuanto tiempo hace exactamente que dejé de escribir lo que sentía.
No sé cuanto tiempo hace exactamente que dejé de desahogarme.

A día 1 de Enero de 2015 podría decir que dejé de hacer todo eso aproximadamente un año. Porque después del horrible 2013 que tuve, el 31 de Diciembre de ese año me prometí a mi misma que el 2014 iba a ser el mejor año de mi vida. Y así ha sido. Por eso no aparecí por aquí. Porque no me ocurrió nada lo suficientemente grave como para volver.
O probablemente si.
Porque si echo la vista a atrás, veo que he perdido a demasiadas personas que un día fueron importantes. Personas que han desaparecido por completo sin decir adiós. O personas que simplemente han bajado peldaños en la escalera de mi confianza.
Veo que ha habido días en los que he dudado hasta de mi misma a la vez que dudaba de mis sentimientos. No saber que querer. O a quien querer. Días en los que no podía más, que era muy duro. Días que se hacían eternos, y en los que no encontraba a nadie en quien apoyarme para poder seguir adelante. Días de ''no pasa nada, estoy bien''. Semanas enteras sin dormir. Sin reír.
Pero pude con todo. Cada cosa que pasaba, ya tuviera la importancia que tuviera, no le daba ni la más mínima. Porque la idea que yo me había metido en la cabeza es que yo, yo iba a ser feliz pasara lo que pasara. Y eso era lo más importante por encima de todo. Yo.
Me volví egoísta y orgullosa. Más de lo que ya era.
Y así lo conseguí. Convenciéndome a mi misma unos minutos antes de empezar el 2014 que ese iba a ser el año de mi vida.
Pero no me he dicho lo mismo al empezar el 2015.
Y esto no va con el rollo de página 1 de 365, porque yo sigo con el mismo libro de siempre. Con matices. Algunas hojas caídas. Otras arrancadas a pulso. Otras con cosas tachadas. Otras con cosas remarcadas. Incluso algunas sin acabar, con interrogaciones. Otras con fotos. Otras marcadas con pintalabios rojo. Pero quedan muchas para acabarlo.
A mi no me hace falta cambiar de libro. Porque este libro me pertenece. Es mio. Y, el hecho de que yo sea feliz leyendo o creándolo, no depende de nadie. No tengo que tirarlo a la basura por una mala página o un mal capítulo. No tengo que depender de nadie. Solo de mi misma. El libro para ser bueno, debe depender del que lo lee.
Y este 2015 sigo con él.
Porque este año, lo único que me he metido en la cabeza es que si yo quiero, puedo.
Y que vuelva a venir todo lo que malo que quiera, que, repito, yo puedo.
Con o sin nadie.




Comentarios

Entradas populares de este blog

''Esta es la historia de alguien que lo había perdido todo.''

Capítulo 7/7.

No soy a prueba de balas.