''Esta es la historia de alguien que lo había perdido todo.''
"- Bueno, ¿que desea la señora?
+ Ya lo sabe: vengo a que me explique el sentido de la vida.
- Eso haré. Pero no olvide que el sentido de la vida es diferente para cada persona y es usted misma quien debe descubrirlo. Yo solo puedo contarle lo que he descubierto después de trabajar cuarenta años como camarero.
Ella contempló expectante las tres tazas vacía mientras el hombre se ponía bien la armilla antes de iniciar, feliz y sonriente la explicación:
- He calculado que el contacto de un camarero con cada cliente que pide un café no supera de media un minuto escaso. Es el tiempo que suman el saludo y la pregunta ''-¿Qué desea tomar?", lo que te pide el cliente, cuando pones la taza sobre la mesa, la hora de pasar la cuenta y la despedida cuando se marcha. Son muchos momentos diferentes, pero el verdadero contacto entre camarero y cliente no supera en conjunto el minuto.
+ ¿Y qué significa eso?
- ¡Significa que es una oportunidad! Independientemente de la calidad del café, que es lo de menos, en ese minuto el camarero tiene ante sí, tres opciones o, mejor dicho, tres posibles resultados que dependen de su actitud.
Tras decir eso el camarero hizo una breve pausa para buscar las palabras más adecuadas. Luego explicó:
- En ese minuto puedes conseguir que la persona se marche peor de lo que ha llegado si eres grosero. O bien puede irse igual que ha venido si lo tratas con indiferencia. Pero también tienes la oportunidad de que salga del café mejor de lo que ha entrado si le regalas un poco de amabilidad.
+ ¿Y eso es todo?- dijo ella sin ocultar su decepción-. Pero ¿qué tiene que ver eso con el sentido de la vida?
- ¡Éste ES justamente el SENTIDO DE LA VIDA!, y no sólo para los camareros. Todos tenemos cada día decenas de pequeños y grandes contactos con los demás. Nuestro reto es conseguir el tercer resultado: que su vida sea un poco mejor después de estar con nosotros. ¡Ese es el desafío, el premio gordo de cada encuentro!
Al escuchar esto ella se quedó pensativa. El camarero entonces le guiñó el ojo y se despidió así:
- Y ahora debo irme: tenemos muchas vidas que mejorar."
+ Ya lo sabe: vengo a que me explique el sentido de la vida.
- Eso haré. Pero no olvide que el sentido de la vida es diferente para cada persona y es usted misma quien debe descubrirlo. Yo solo puedo contarle lo que he descubierto después de trabajar cuarenta años como camarero.
Ella contempló expectante las tres tazas vacía mientras el hombre se ponía bien la armilla antes de iniciar, feliz y sonriente la explicación:
- He calculado que el contacto de un camarero con cada cliente que pide un café no supera de media un minuto escaso. Es el tiempo que suman el saludo y la pregunta ''-¿Qué desea tomar?", lo que te pide el cliente, cuando pones la taza sobre la mesa, la hora de pasar la cuenta y la despedida cuando se marcha. Son muchos momentos diferentes, pero el verdadero contacto entre camarero y cliente no supera en conjunto el minuto.
+ ¿Y qué significa eso?
- ¡Significa que es una oportunidad! Independientemente de la calidad del café, que es lo de menos, en ese minuto el camarero tiene ante sí, tres opciones o, mejor dicho, tres posibles resultados que dependen de su actitud.
Tras decir eso el camarero hizo una breve pausa para buscar las palabras más adecuadas. Luego explicó:
- En ese minuto puedes conseguir que la persona se marche peor de lo que ha llegado si eres grosero. O bien puede irse igual que ha venido si lo tratas con indiferencia. Pero también tienes la oportunidad de que salga del café mejor de lo que ha entrado si le regalas un poco de amabilidad.
+ ¿Y eso es todo?- dijo ella sin ocultar su decepción-. Pero ¿qué tiene que ver eso con el sentido de la vida?
- ¡Éste ES justamente el SENTIDO DE LA VIDA!, y no sólo para los camareros. Todos tenemos cada día decenas de pequeños y grandes contactos con los demás. Nuestro reto es conseguir el tercer resultado: que su vida sea un poco mejor después de estar con nosotros. ¡Ese es el desafío, el premio gordo de cada encuentro!
Al escuchar esto ella se quedó pensativa. El camarero entonces le guiñó el ojo y se despidió así:
- Y ahora debo irme: tenemos muchas vidas que mejorar."
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