"Les costaba ponerse de acuerdo, de hecho, rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo, y se desafiaban todos los días.. Pero a pesar de sus diferencias, tenían algo importante en común: estaban locos el uno por el otro."
"- Bueno, ¿que desea la señora? + Ya lo sabe: vengo a que me explique el sentido de la vida. - Eso haré. Pero no olvide que el sentido de la vida es diferente para cada persona y es usted misma quien debe descubrirlo. Yo solo puedo contarle lo que he descubierto después de trabajar cuarenta años como camarero. Ella contempló expectante las tres tazas vacía mientras el hombre se ponía bien la armilla antes de iniciar, feliz y sonriente la explicación: - He calculado que el contacto de un camarero con cada cliente que pide un café no supera de media un minuto escaso. Es el tiempo que suman el saludo y la pregunta ''-¿Qué desea tomar?", lo que te pide el cliente, cuando pones la taza sobre la mesa, la hora de pasar la cuenta y la despedida cuando se marcha. Son muchos momentos diferentes, pero el verdadero contacto entre camarero y cliente no supera en conjunto el minuto. + ¿Y qué significa eso? - ¡Significa que es una oportunidad! Independientemente de la calidad ...
Tercer día del mes séptimo. Eran las 18:05 horas. Posiblemente la temperatura se acercaría a los 35º centígrados, pero en su habitación nada importaba. Ella tenía un aparato negro, del mismo color del que iba a ser su corazón pasadas unas horas, conectado a un enchufe y que hacia un ruido parecido al de un helicóptero aterrizando. Daba aire, algo, pero daba. Por eso no importaba la temperatura que hiciera fuera, ni la temperatura ni nada. Estaba durmiendo, como solía pasar la mayoría del tiempo. Siempre decía que así era más fácil dejar de pensar en todo eso que revoloteaba por su cabeza, que lo único que tendría que preocuparle, tal vez, eran los sueños, y a veces ni si quiera se acordaba de ellos. Y ojalá fuera tan fácil olvidarse de una persona como se olvidaba de un sueño. La despertaron. Y probablemente eso fuera la segunda cosa que más odiaba en el mundo. La primera eran las mentiras. No sabía ni quien era quien la despertaba, no sabía si era su madre, su hermano, su padre, s...
Por mucho que estuviéramos en septiembre, las personas no podían permitirse vestir ropa de otoño porque aquel calor era horrible. Ella había empezado las clases tres días atrás, y todavía todo era demasiado nuevo para ella. Todavía nada era suficiente para olvidar el verano que, por desgracia, ya había pasado por completo. 19 del 11. Aquel día se levantó 15 minutos más tarde de lo normal, no tenía ni la ropa ni los libros preparados. Se había olvidado de todo. Si por ella fuera, es posible que se le hubiera olvidado despertarse. Cuando logró sacar el cuerpo de su cama, se limitó a hacer un movimiento leve de cabeza para simular un "buenos días" hacia su madre. Cuando se dio cuenta de que su vida tenía que continuar fuera el día que fuese, se vistió con uno de los 7 vaqueros que tenía, y una de las 25 camisetas negras que coleccionaba. "Anímate, que ya queda menos para el viernes." Eso fue lo primero que escuchó en todo el día, y venía desde la cocina. Eso ...
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